Hoy, celebramos la fiesta de la ascensión, quedan siete dias para la fiesta de Pentecostés. Esta festividad de hoy, que hace unos años se celebraba en el jueves y que en nuetsro pais era festivo, marca la ascensión de Jesucristo resucitado a los cielos. Tal vez si fueramos sus discipulos nos deria tristeza su marcha y a lo mejor nos sentiriamos sólos y desamparados. Pero no nos quedamos huerfanos, sino acompañados plenamente, con Dios con Jesucristo que se hace presente en cada eucaristía que celebramos, y con la presencia del Espiritu Santo, pero.... también acompañados y guiados por la Iglesia, la triunfante en el cielo, la purgante, y la Iglesia que peregrina ahora en la tierra, en este momento que estamos viviendo cada uno de nosotros y nosostras.
Cada domingo, o cada día que acudimos a celebrar la eucaristía, el sacerdote hace presente a Cristo en medio de nosotros "Esto es mi cuerpo y mi sangre", podremos tener la tentación de fijarnos en el nombre o en la persona del sacerdote, pero es Cristo el que está alli en medio de nosotros, no se ha marchado, no nos ha dejado huerfanos, sino que ha querido estar con nosotros.
Podemos caer en la desesperación o tristeza, si pensamos que hay sacerdotes que no son fieles a su vocación, siempre las obras del mal van a tener mayor repercusión que las obras del bien en nuestros dias. Miles de sacerdotes son fieles a su vocación mistras que sólo unos pocos se dejan seducir por las obras del mal.
A nuestro alrededor , si nos fijamos, seguro que encontramos personas, que viven su llamada personal a la santidad, y que hacen que toda la Iglesia se beneficie de sus obras y sus frutos de amor. No nos dejemos seducir por las obras del mal y sigamos el designio de amor que Dios tiene para cada uno de nosotros, "desde que estabas en el seno materno ya te conocia " nos dice la escritura, y en otro lugar "Yo estré con vosotros hasta el fin del mundo".
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