Eucaristía de Acción de Gracias por los Mil Cursillos en Córdoba
En el Movimiento de Cursillos de Cristiandad de Córdoba, nos encontramos en el marco de la celebración por los mil Cursillos llevados a cabo en nuestra diócesis; motivo para darle gracias al Señor. A lo largo del mes de enero celebraremos el Cursillo 1000, del 12 al 15, y, posteriormente, junto a toda la diócesis el día 22 de enero a las 13:00 horas, nos reuniremos en torno al Altar, en la Santa Iglesia Catedral de Córdoba, en una Eucaristía presidida por el Cardenal Stanislaw Rylko, Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, no solo para dar gracias al Señor por los mil Cursillos celebrados, sino también, para dar gracias a Dios por tantas personas que han entregado su vida en el MCC, y que nos han permitido llegar hasta aquí, y por su Gracia derramada en tantos hombres y mujeres que han vivido la experiencia de un Cursillo de Cristiandad.
El MCC llega a Córdoba en 1954, fecha en que se celebra el primer cursillo, con gran aceptación, difundiéndose rápidamente, hasta tal punto que en pocos años se celebran numerosos cursillos, y en 1961, se han impartido ya cien cursillos. Hasta esta fecha, los Cursillos se han estado celebrando en distintas casas de espiritualidad, tanto en la capital como en varios pueblos de la provincia, debido a la gran aceptación y la falta de espacios donde celebrarlos.
En diciembre de 1961 se celebra el Cursillo 100, que se clausura en el salón de actos de la Universidad Laboral. Una Reunión de Grupo se plantea como “lío apostólico” la construcción de una casa para Cursillos de Cristiandad, proyecto que se va extendiendo entre todos los cursillistas de Córdoba y provincia, con ilusión y entusiasmo. De esta forma, colaboran muchas personas, aportando cada uno lo que puede: jornales, materiales, horas de trabajo, rifas, loterías, dinero… La casa se construye entre 1962 y 1965, siendo el Cursillo 186 de la diócesis de Córdoba el primer cursillo que se celebra en San Pablo, del 1 al 4 de septiembre de 1965. La inauguración oficial fue en abril de 1966, con el cursillo 200.
Gracias a Dios, el MCC sigue creciendo en Córdoba. En 1967 se celebra el primer Cursillo de mujeres. Y en 1979, en diciembre, se celebra el Cursillo 500, clausurado con gran solemnidad en la iglesia de la Universidad Laboral, con notable asistencia de toda la diócesis.
Anterior al Cursillo 1000… han sido 999 Cursillos celebrados: 576 de hombres, 209 de mujeres y 214 mixtos, en los que han participado más de 33.000 personas, unos 23.000 hombres y unas 10.000 mujeres, que han llenado de gracia y presencia de Dios la vida de la diócesis. Además de los Cursillos de tres días, se han celebrado más de 200 Cursillos de Renovación, de fin de semana, para revivir la experiencia de encuentro con el Señor y renovar el compromiso, y de Matrimonios, para facilitar la experiencia del Cursillo desde la vivencia matrimonial.
Pero lo importante de esta historia no son los números, sino las personas. Detrás de cada una de esas 33.000 personas hay una HISTORIA, una VIDA…, la ocasión de haber vivido una EXPERIENCIA DE ENCUENTRO CON EL SEÑOR, y la oportunidad de descubrir a un DIOS PADRE BUENO que AMA, que ESPERA, que quiere HACERSE UNO CON NOSOTROS, desde el ENCUENTRO CON JESUCRISTO en el seno de su IGLESIA y que, desde ese ENCUENTRO SACRAMENTAL con el SEÑOR y el ENCUENTRO ECLESIAL CON LOS HERMANOS, LLAMADOS a VIVIR en felicidad, ANUNCIANDO a CRISTO y FERMENTANDO de EVANGELIO los ambientes en los que cada uno se mueve. Sólo en COMUNIDAD, unidos a DIOS y a los HERMANOS, podremos ir TRANSFORMANDO el mundo que el SEÑOR nos ha regalado, para ir trayendo a esta tierra, cada día, un poquito más de cielo.
Nos vemos el día 22, en la SANTA IGLESIA CATEDRAL, para darle gracias al Señor por todo este camino recorrido.
¡De Colores!
Hoy hemos celebrado en nuestra Diócesis de Córdoba la Jornada del Laicado asociado, en la que he participado como miembro del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, nos hemos reunido en la casa de cursillos de San Pablo miembros de muchas realidades eclesiales, cada uno con su carisma propio, pero a la vez con tantas cosas que compartir, y sobre todo, tanta experiencia de fe...
