jueves, 18 de febrero de 2010

Don Demetrio Fernandez Obispo de Córdoba, "Bienvenido pastor"

arta a los fieles de Córdoba


Primer saludo del nuevo obispo de Córdoba, MONS. DEMETRIO FERNÁNDEZ,


Obispo de Tarazona, a los fieles de la Diócesis de Córdoba.

Tarazona, 18 de febrero de 2010

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Queridos fieles de la diócesis de Córdoba:

El Santo Padre Benedicto XVI me ha nombrado Obispo de Córdoba. Desde que he recibido la noticia de este nombramiento, he sentido el deseo de conoceros más parapoder serviros mejor, he comenzado a quereros con toda mi alma, estoy deseando encontrarme con vosotros.

He oído hablar mucho de vosotros, y muy bien. Y ahora todo me resuena cuando oigo hablar de la diócesis de Córdoba, que Dios en su infinita misericordia me confía. “Os habéis convertido en modelo para todos los creyentes” (1Ts 1,7) en España y más allá de nuestras fronteras. “La Palabra de Dios y vuestra fe en Dios se ha difundido por todas partes” (Ib.). Tenéis una enorme responsabilidad, que a partir de ahora voy a compartir con vosotros. “Al que mucho se le dio, mucho se le pedirá” (Lc 12,48).

A partir de este momento la historia de la diócesis de Córdoba, vuestras historias personales y mi propia historia se entrecruzan, gracias al designio amoroso de Dios para todos nosotros en su santa Iglesia. Ni yo os he elegido a vosotros, ni vosotros me habéis elegido a mí. Es Dios el que nos llama, es Él quien nos precede, Él quien nos envía y acompaña, Él quien suscita la fe y el amor de la mutua acogida. Miremos con ojos de fe estos acontecimientos, porque es Dios, a través de tantas mediaciones humanas, el que dirige vuestros pasos y los míos para que caminemos juntos, bajo la protección del arcángel san Rafael, en Córdoba. ¡Bendito sea Dios, que nos muestra su amor de tantas maneras!

Por lo que ya conozco de vosotros y de lo que Dios hace en medio de vosotros, voy lleno de esperanza a una diócesis viva. Le pido al Señor –hacedlo también vosotrosque me haga capaz de alentar más y más esa vida, que el Hijo eterno Jesucristo, por su encarnación redentora, ha venido a traer para todos los hombres, “para que tengan vida y vida abundante” (Jn 10.10), porque “esta es la voluntad de Dios, que seáis santos”
(1Ts 4,3).

Córdoba es la sede del obispo Osio, con quien he tratado frecuentemente en mis clases de cristología. Córdoba tiene una larga historia de santos y de mártires, testigos de un amor que vence todas las dificultades, en la época visigótica, en la época musulmana, en el medioevo, en la época contemporánea y reciente. Que con todos ellos podamos experimentar también nosotros que “en todo esto vencemos fácilmente por Aquel que nos amó” (Rm 8,37) y podamos presentar al mundo de hoy la belleza de la vida cristiana.

Saludo particularmente a Mons. Juan José Asenjo, mi hermano y amigo, que ha sido vuestro obispo en los últimos años, y que ahora es nuestro arzobispo metropolitano desde Sevilla y administrador apostólico de Córdoba. Os saludos a todos vosotros, queridos hermanos sacerdotes, mayores y jóvenes, que tenemos en san Juan de Ávila un estímulo permanente para arder en el amor a Cristo y en el celo por las almas. Y con los sacerdotes, a todos los seminaristas que se preparan al sacerdocio. Dichosos los que habéis sido llamados por el Señor y dichosos por haber respondido generosamente a esta vocación.

Saludo a todos los consagrados en los distintos y abundantes carismas que enriquecen nuestra diócesis, en la vida apostólica y en la vida contemplativa. Constituís una enorme riqueza para la vida de la Iglesia y de nuestra diócesis.

Os saludo, queridos fieles laicos, porque “vosotros sois la sal de la tierra, vosotros sois la luz del mundo” (Mt 5,13.14). Mi corazón se dirigen especialmente a los jóvenes, “porque habéis vencido al Maligno” (1Jn 2,13) y en san Pelayo y en el beato Bartolomé Blanco tenéis un referente de vida cristiana.

Presento mis respetos a las autoridades civiles, militares y culturales, tanto locales y provinciales de Córdoba, como autonómicas y estatales en Andalucía. Por todos ellos ruego “para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad” (1Tm 2,2). Y ofrezco mi colaboración desde el Evangelio para el bien común de los cordobeses.

Mi saludo especial y mi cercanía para todos los que sufren por cualquier causa, por la enfermedad, por el paro, por el desamor, por la carencia de Dios. El Espíritu del Señor me ha ungido y me ha enviado para sanar los corazones afligidos.

Que la Virgen de la Fuensanta nos preceda y acompañe. A todos, mi abrazo y mi afecto, mientras os bendigo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

Hasta pronto:

+ Demetrio Fernández, obispo de Tarazona

y obispo electo de Córdoba

domingo, 7 de febrero de 2010

Mensaje del Santo Padre para la cuaresma 2010

MENSAJE DEL SANTO PADRE

BENEDICTO XVI

PARA LA CUARESMA 2010

« La justicia de Dios se ha manifestado

por la fe en Jesucristo » (cf. Rm 3,21-22)


Queridos hermanos y hermanas:

Cada año, con ocasión de la Cuaresma, la Iglesia nos invita a una sincera revisión de nuestra vida a la luz de las enseñanzas evangélicas. Este año quiero proponeros algunas reflexiones sobre el vasto tema de la justicia, partiendo de la afirmación paulina: «La justicia de Dios se ha manifestado por la fe en Jesucristo» (cf. Rm 3,21-22).
Justicia: “dare cuique suum”

Me detengo, en primer lugar, en el significado de la palabra “justicia”, que en el lenguaje común implica “dar a cada uno lo suyo” - “dare cuique suum”, según la famosa expresión de Ulpiano, un jurista romano del siglo III. Sin embargo, esta clásica definición no aclara en realidad en qué consiste “lo suyo” que hay que asegurar a cada uno. Aquello de lo que el hombre tiene más necesidad no se le puede garantizar por ley. Para gozar de una existencia en plenitud, necesita algo más íntimo que se le puede conceder sólo gratuitamente: podríamos decir que el hombre vive del amor que sólo Dios, que lo ha creado a su imagen y semejanza, puede comunicarle. Los bienes materiales ciertamente son útiles y necesarios (es más, Jesús mismo se preocupó de curar a los enfermos, de dar de comer a la multitud que lo seguía y sin duda condena la indiferencia que también hoy provoca la muerte de centenares de millones de seres humanos por falta de alimentos, de agua y de medicinas), pero la justicia “distributiva” no proporciona al ser humano todo “lo suyo” que le corresponde. Este, además del pan y más que el pan, necesita a Dios. Observa san Agustín: si “la justicia es la virtud que distribuye a cada uno lo suyo... no es justicia humana la que aparta al hombre del verdadero Dios” (De Civitate Dei, XIX, 21).
¿De dónde viene la injusticia?

El evangelista Marcos refiere las siguientes palabras de Jesús, que se sitúan en el debate de aquel tiempo sobre lo que es puro y lo que es impuro: “Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre... Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas” (Mc 7,15. 20-21). Más allá de la cuestión inmediata relativa a los alimentos, podemos ver en la reacción de los fariseos una tentación permanente del hombre: la de identificar el origen del mal en una causa exterior. Muchas de las ideologías modernas tienen, si nos fijamos bien, este presupuesto: dado que la injusticia viene “de fuera”, para que reine la justicia es suficiente con eliminar las causas exteriores que impiden su puesta en práctica. Esta manera de pensar ―advierte Jesús― es ingenua y miope. La injusticia, fruto del mal, no tiene raíces exclusivamente externas; tiene su origen en el corazón humano, donde se encuentra el germen de una misteriosa convivencia con el mal. Lo reconoce amargamente el salmista: “Mira, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre” (Sal 51,7). Sí, el hombre es frágil a causa de un impulso profundo, que lo mortifica en la capacidad de entrar en comunión con el prójimo. Abierto por naturaleza al libre flujo del compartir, siente dentro de sí una extraña fuerza de gravedad que lo lleva a replegarse en sí mismo, a imponerse por encima de los demás y contra ellos: es el egoísmo, consecuencia de la culpa original. Adán y Eva, seducidos por la mentira de Satanás, aferrando el misterioso fruto en contra del mandamiento divino, sustituyeron la lógica del confiar en el Amor por la de la sospecha y la competición; la lógica del recibir, del esperar confiado los dones del Otro, por la lógica ansiosa del aferrar y del actuar por su cuenta (cf. Gn 3,1-6), experimentando como resultado un sentimiento de inquietud y de incertidumbre. ¿Cómo puede el hombre librarse de este impulso egoísta y abrirse al amor?

Justicia y Sedaqad

En el corazón de la sabiduría de Israel encontramos un vínculo profundo entre la fe en el Dios que “levanta del polvo al desvalido” (Sal 113,7) y la justicia para con el prójimo. Lo expresa bien la misma palabra que en hebreo indica la virtud de la justicia: sedaqad,. En efecto, sedaqad significa, por una parte, aceptación plena de la voluntad del Dios de Israel; por otra, equidad con el prójimo (cf. Ex 20,12-17), en especial con el pobre, el forastero, el huérfano y la viuda (cf. Dt 10,18-19). Pero los dos significados están relacionados, porque dar al pobre, para el israelita, no es otra cosa que dar a Dios, que se ha apiadado de la miseria de su pueblo, lo que le debe. No es casualidad que el don de las tablas de la Ley a Moisés, en el monte Sinaí, suceda después del paso del Mar Rojo. Es decir, escuchar la Ley presupone la fe en el Dios que ha sido el primero en “escuchar el clamor” de su pueblo y “ha bajado para librarle de la mano de los egipcios” (cf. Ex 3,8). Dios está atento al grito del desdichado y como respuesta pide que se le escuche: pide justicia con el pobre (cf. Si 4,4-5.8-9), el forastero (cf. Ex 20,22), el esclavo (cf. Dt 15,12-18). Por lo tanto, para entrar en la justicia es necesario salir de esa ilusión de autosuficiencia, del profundo estado de cerrazón, que es el origen de nuestra injusticia. En otras palabras, es necesario un “éxodo” más profundo que el que Dios obró con Moisés, una liberación del corazón, que la palabra de la Ley, por sí sola, no tiene el poder de realizar. ¿Existe, pues, esperanza de justicia para el hombre?

Cristo, justicia de Dios
El anuncio cristiano responde positivamente a la sed de justicia del hombre, como afirma el Apóstol Pablo en la Carta a los Romanos: “Ahora, independientemente de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado... por la fe en Jesucristo, para todos los que creen, pues no hay diferencia alguna; todos pecaron y están privados de la gloria de Dios, y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús, a quien exhibió Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la fe, para mostrar su justicia (Rm 3,21-25).

¿Cuál es, pues, la justicia de Cristo? Es, ante todo, la justicia que viene de la gracia, donde no es el hombre que repara, se cura a sí mismo y a los demás. El hecho de que la “propiciación” tenga lugar en la “sangre” de Jesús significa que no son los sacrificios del hombre los que le libran del peso de las culpas, sino el gesto del amor de Dios que se abre hasta el extremo, hasta aceptar en sí mismo la “maldición” que corresponde al hombre, a fin de transmitirle en cambio la “bendición” que corresponde a Dios (cf. Ga 3,13-14). Pero esto suscita en seguida una objeción: ¿qué justicia existe dónde el justo muere en lugar del culpable y el culpable recibe en cambio la bendición que corresponde al justo? Cada uno no recibe de este modo lo contrario de “lo suyo”? En realidad, aquí se manifiesta la justicia divina, profundamente distinta de la humana. Dios ha pagado por nosotros en su Hijo el precio del rescate, un precio verdaderamente exorbitante. Frente a la justicia de la Cruz, el hombre se puede rebelar, porque pone de manifiesto que el hombre no es un ser autárquico, sino que necesita de Otro para ser plenamente él mismo. Convertirse a Cristo, creer en el Evangelio, significa precisamente esto: salir de la ilusión de la autosuficiencia para descubrir y aceptar la propia indigencia, indigencia de los demás y de Dios, exigencia de su perdón y de su amistad.

Se entiende, entonces, como la fe no es un hecho natural, cómodo, obvio: hace falta humildad para aceptar tener necesidad de Otro que me libere de lo “mío”, para darme gratuitamente lo “suyo”. Esto sucede especialmente en los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía. Gracias a la acción de Cristo, nosotros podemos entrar en la justicia “más grande”, que es la del amor (cf. Rm 13,8-10), la justicia de quien en cualquier caso se siente siempre más deudor que acreedor, porque ha recibido más de lo que podía esperar.

Precisamente por la fuerza de esta experiencia, el cristiano se ve impulsado a contribuir a la formación de sociedades justas, donde todos reciban lo necesario para vivir según su propia dignidad de hombres y donde la justicia sea vivificada por el amor.

Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma culmina en el Triduo Pascual, en el que este año volveremos a celebrar la justicia divina, que es plenitud de caridad, de don y de salvación. Que este tiempo penitencial sea para todos los cristianos un tiempo de auténtica conversión y de intenso conocimiento del misterio de Cristo, que vino para cumplir toda justicia. Con estos sentimientos, os imparto a todos de corazón la bendición apostólica.

Vaticano, 30 de octubre de 2009


BENEDICTUS PP. XVI

http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/messages/lent/documents/hf_ben-xvi_mes_20091030_lent-2010_sp.html

Perdon de la deuda a Haití

Parece que desde el terremoto del 12 de enero, las muestras de solidaridad con Haití, los más pobres de America, encuentran consuelo.
Hoy el G-7 ha perdonado la deuda que tenía Haití con ellos, toda la comunidad internacional tiene ahora los ojos vuletos hacia Haití, y eso que antes no existian para nadie.

viernes, 5 de febrero de 2010

Felicidades Don Mario Iceta


Desde estas humildes líneas, permitidme una felicitación a Don Mario Iceta Obispo Auxiliar de Bilbao, por el segundo aniversario del anuncio de haber sido elegido para ser sucesor de los Apostoles.

Rezo por usted.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Jornada mundial de la Juventud 2011

Ya nos podemos inscribir a las jornada Mundial de la Juventud, en Madrid en el 2011
http://www.jmj2011madrid.com/


El plazo para inscribirse en la JMJ se abrirá el 1 de julio de 2010.




1. Modalidades de inscripción

La JMJ Madrid 2011 ofrece seis modalidades de inscripción:



Modalidad SEMANA COMPLETA (A), desde el lunes 15 por la tarde hasta el lunes 22 por la mañana:

1) Paquete A1: incluye el alojamiento y las comidas (desayunos, almuerzos y cenas);

2) Paquete A2: incluye las comidas pero no el alojamiento;

3) Paquete A3: incluye el alojamiento pero no las comidas;

4) Paquete A4: no incluye ni comidas ni alojamiento.



Modalidad FIN DE SEMANA (B), desde el viernes 19 por la tarde al domingo 21 por la tarde:

5) Paquete B1. Incluye alojamiento y comidas.

6) Paquete B2. No incluye ni alojamiento ni comidas.



Todas las modalidades de inscripción incluyen seguro de accidente, transporte público durante la semana de la JMJ, mochila del Peregrino (con el libro para las ceremonias, gorro y camiseta, guía de Madrid, y demás complementos), entrada gratuita a las actividades culturales del Festival de la Juventud (conciertos, exposiciones, visitas a museos, etc.), y acceso prioritario a las zonas reservadas para inscritos en los actos centrales de la JMJ.



2. Contribuciones económicas

Las contribuciones a la JMJ en función de los servicios solicitados son las siguientes:
Grupo A 210,00EUR 192,00EUR 151,00EUR 133,00EUR 90,00EUR 45,00EUR

Grupo B 163,00EUR 150,00EUR 117,78EUR 103,74EUR 70,00EUR 40,00EUR

Grupo C 122,00EUR 111,00EUR 87,00EUR 77,00EUR 52,00EUR 30,00EUR

A estas cantidades se añade un donativo de 10EUR como contribución voluntaria al Fondo de Solidaridad, constituido para facilitar la participación de jóvenes de países con dificultades económicas.


Las personas y grupos que realicen el pago de su contribución antes del 31 de marzo de 2011, dispondrán de un descuento del 5%



Se recuerda que la participación en la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011 es gratuita: cualquier persona puede asistir a los actos centrales de la JMJ (Misa de inauguración, ceremonia de bienvenida al Papa, Via Crucis del viernes, Vigilia nocturna del sábado 20 y Misa de envío del domingo 21 de agosto), donde habrá zonas habilitadas para los no inscritos. Pero se recomienda vivamente la inscripción, como manifestación de solidaridad con los demás participantes, para facilitar la logística y contribuir a los gastos del evento.



3. Alojamientos

Los participantes que adquieran un paquete con alojamiento incluido, obtendrán de la organización de la JMJ un "alojamiento sencillo" en escuelas, gimnasios, parroquias o familias. Todos los participantes deberán traer consigo saco de dormir y colchoneta o esterilla.



Las personas y grupos que adquieran un paquete sin alojamiento, pueden organizarse del modo que estimen más oportuno: en casas particulares o reservando habitaciones de hotel a través de la Agencia Oficial de viajes de la JMJ.



La noche del 20 al 21 de agosto de 2011, después de la celebración de la vigilia, los participantes pernoctarán al aire libre en el recinto de Cuatro vientos.



Se recuerda que los peregrinos tienen completa libertad para organizarse como lo deseen: pueden solicitar alojamientos a la organización, o si prefieren alojarse en hoteles, acudir a Viajes El Corte Inglés, agencia oficial de viajes de la JMJ, o como estimen más conveniente.



4. Clasificación de países

Los países se distribuyen en tres zonas, en función del poder adquisitivo del país de residencia, y se clasifican del siguiente modo:



Países A

Alemania; Andorra; Aruba; Australia; Austria; Bélgica; Bermudas; Canadá; Islas Caimán; Corea del Sur; Dinamarca (incluye Groenlandia y las Islas Faroe); España; Finlandia; Francia; Hong Kong (China); Islandia; Irlanda; Italia; Japón; Liechtenstein; Luxemburgo; Principado de Mónaco; Holanda; Nueva Zelanda; Noruega; Polonia; Portugal; Qatar; San Marino; Singapur; Suecia; Suiza; Emiratos Árabes Unidos; Reino Unido (incluyendo Gibraltar, las islas Jersey, Man, Guernsey, Falkland y dependencias); y Estados Unidos de América (incluye Guam).



Países B

Anguilla; Antigua & Barbuda; Argentina; Bahamas; Bahrain; Barbados; Brasil; Islas Vírgenes (R.U.); Brunei Darussalam; Chile; Croacia; China; Chipre; República Checa; Estonia; Grecia; Guadalupe; Hungría; Israel; Kuwait; Macao (China); Malasia; Malta; Martinica (Fr.); Islas Mauricio; México; Antillas Holandesas; Nueva Caledonia; Islas Marianas; Puerto Rico; Arabia Saudí; Eslovaquia; Eslovenia; St. Christopher ("St. Kitts") & Nevis; St. Pierre & Miquelon (Fr.); Taiwán; Trinidad & Tobago; Islas Turks & Caicos; Islas Vírgenes (EE.UU.)



Países C

Afganistán; Albania; Argelia; Samoa; Angola; Armenia; Azerbaiján; Bangladesh; Bielorrusia; Benin; Bhutan; Bolivia; Bosnia-Herzegovina; Botswana; Bulgaria; Burkina Faso; Burundi; Camboya; Camerún; Cabo Verde; República Centroafricana; Chad; Colombia; Comoros; República Democrática del Congo; República del Congo; Costa Rica; Costa de Marfil; Cuba; Dominica; República Dominicana; Timor Oriental; Ecuador; Egipto; El Salvador; Guinea Ecuatorial; Eritrea; Etiopía; Fiji; Guyana Francesa (Fr.); Polinesia Francesa (FRA); Gabón; Gambia; Palestina; Georgia; Ghana; Granada; Belize; Guatemala; Guinea-Conakry; Guinea-Bissau; Guyana; Haití; Honduras; India; Indonesia; Irán; Irak; Jamaica; Jordania; Kazakhstan; Kenia; Kiribati; Corea del Norte; Kyrgyzstan; Laos; Letonia; Líbano; Lesotho; Liberia; Libia; Lituania; Macedonia; Madagascar; Malawi; Islas Maldivas; Mali; Islas Marshall; Mauritania; Mayotte; Federación de Micronesia; Moldova; Mongolia; Montserrat; Maruecos; Mozambique; Myanmar; Namibia; Nauru; Nepal; Nicaragua; Níger; Nigeria; Niue; Omán; Pakistán; Palau; Panamá; Papua Nueva Guinea; Paraguay; República Popular China; Perú; Filipinas; Islas Reunión; Rumanía; Rusia; Rwanda; Samoa; Santo Tomé & Príncipe; Senegal; Serbia; Seychelles; Sierra Leona; Islas Solomon; Somalia; Sudáfrica; Sri Lanka; Santa Helena & Dependencias (UK); St. Lucia; St. Vincent & the Grenadines; Sudán; Surinam; Swazilandia; Siria; Tajikistan; Tanzania; Tailandia; Togo; Tokelau; Tonga; Túnez; Turquía; Turkmenistán; Tuvalu; Uganda; Ucrania; Uruguay; Uzbekistán; Vanuatu; Venezuela; Vietnam; Wallis & Futuna (Fr.); Yemen; Yibuti; Zambia; Zimbabwe.

Peregrinación de jóvenes a Montilla


El proximo 27 de febrero los jóvenes de Córdoba van a realizar la pereginación a Montilla con motivo del año jubilar de San Francisco Solano