A pocas horas que en nuestra ciudad, las primeras imágenes procesionales hagan sus recorridos por las calles de nuestra ciudad, y así en toda la geografía de España, en la que podremos contemplar tanto el patrimonio humano como de enseres de la hermandades.
Muchos son los cauces por las que las hermandades llegan a adquirir con el paso de los años este rico patrimonio, con la realización de diseños y que se encargan a diversos artistas, y que poco a poco y con mucho esfuerzo de rifas, ventas en cruces, ferias, etc, van destinando el dinero necesario para engrandecer el patrimonio de una hermandad.
Otra de las vías por las que se puede enriquecer el patrimonio es a través de donaciones , bien de particulares, o bien de un grupo de personas que quieren hacer una ofrenda a una hermandad, e incluso quienes donan una cantidad de dinero para que la hermandad lo emplee en el bien que más crean conveniente o necesiten.
Me voy a detener en esta última opción, en la que el regalo es realizada por un particular o por un grupo. Habitualmente pueden ser que bien acometan financiando un proyecto que tiene la hermandad, o que libremente regalen o donen alguna pieza o prenda para la hermandad.
Así muchas hermandades pudieron hacer frente a la realización de candelerías, jarras de pasos, etc, contribuyendo un gran número de personas en conseguir estos bienes para todos y que engrandecen a la hermandad en su conjunto.
Pero también nos podemos encontrar con algunas donaciones que se puede decir que pudieran considerarse como poco lícitas. Se trata de aquellas donaciones o regalos que se pueden convertir en imposiciones para las hermandades, limitando el sentido de gratuidad que se supone que tiene cualquier donación, y encontrándonos con situaciones un poco controvertidas.
Es normal que si se trata de un objeto procesional del que no existe otro, siempre saldrá en una estación de penitencia o unos cultos de hermandad, como por ejemplo unos ciriales, o unas jarras de orfebrería.
Pero si existiendo diferentes enseres que se pueden utilizar, sólo se usan los mismos , desechando o menospreciando los otros existentes, por el mero hecho de ser una donación realizada por determinada persona o grupos, deja de ser un regalo, para convertirse en imposición. Esto puede ocurrir cuando hablamos de joyas y alhajas de los titulares o sayas o vestiduras de los titulares, limitando la libertad y el enriquecimiento de la hermandad, al encontrarse en la tesitura de sólo emplear lo que ha sido donado por XXXXXX, menospreciando el resto de donaciones que se han realizado con el mismo cariño y esfuerzo por la hermandad o por el titular en cuestión.
Por ello reflexiono, si quieres dar algo, dad sin medida, generosamente y no imponiendo a la hermandad , ya que entonces no habrás regalado, sino que habrás impuesto.
Miguel Ángel de la Torre Vallejo